miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ensayo: La pobreza


El miércoles pasado fui a ayuda fraterna y La verdad es que no me incorporé para entender la situación económica, me incorporé para conocer a las personas que la viven. Quería conversar con las personas de estos alrededores, que me contaran de sus vidas, de sus experiencias, básicamente de como se las arreglan para sobrevivir. Pensaba así por que me motivaba la idea de que la única manera de acercarme a la realidad que vive casi todo Chile era acercándome a las personas que la sufren más.
A veces pienso que la lentitud de la respuesta chilena hacia la problemática de la pobreza se debe en parte a una suerte de desinterés por la gente que vive en la pobreza. Estemos o no interesados, la pobreza acá es una realidad. Sin embargo muchos nos hemos en cierto modo distanciado de ella para refugiarnos en nuestras telenovelas, en nuestro la política y en nuestra ignorancia. Hoy en día muchos creen que la pobreza es sólo un problema económico y no lo es. La pobreza es un problema mucho más complejo. Basta decir que se trata de la vida de seres humanos para reconocer que estamos hablando de algo delicado, con muchas facetas y consecuentemente múltiples maneras de estudiarlo. Una de esas maneras es la economía.

Pero la inseguridad, la vulnerabilidad, la angustia recurrente en la que viven muchos chilenos sugieren que se trata no sólo de un problema económico sino de un problema humano y por consiguiente moral. Por eso sobran las maneras de expresar esta problemática. En mi ensayo prefiero un lenguaje personal e íntimo que rescate el aspecto humano y la inmediatez del problema. He decidido mostrarles las opiniones de algunos que viven en la pobreza y llevarlos por un rato hasta sus casas, a una conversación casual acerca de lo que a ellos les importa. Estas son mis fotografías que encontré. Fotografías de personas por que en la encuesta son personas las que están detrás de las cifras y son personas los que hacen las preguntas y quienes las contestan. Lo cierto es que me incorporé por que quería conocerle la cara a la pobreza, ahora me toca presentárselas.
Salimos del colegio en la noche, cuando llegamos a la feria pinto, todo ese grupo se conocía bastante bien, finalmente nos pusimos a conversar con todas esas personas que nosotros no imaginamos que existen. Al llevar ahí un buen rato me di cuenta que yo solo pienso en mi, que no pienso como se siente la demás gente, nunca me había puesto a pensar como se sentía la gente viviendo en esas condiciones. La mayoría de la gente estaba bajo los efectos del alcohol, pero era gente, que en realidad nose como explicarlo, entregaban tanto amor, que quizás era mas de el que yo estaba acostumbrada a dar. Mas o menos una hora después se acerco el “tío Carlos”, robaba, segun el tambien había matado a una persona, pero son historias que uno no sabe si creer, al vernos nos miro con caras que de verdad me daban miedo, pero al saber que nosotros estabamos con ellos, que no eramos como las demas personas que pasan por ahí, nos hablo, se abrió con nosotros nos conto sus historias, etc. No se que decir, esa es la verdad, cuando uno va es un sentimiento tan raro, que te aguantas las ganas de llorar, porque sabes que no puedes hacerlo. Me gustaría que no fuera mi segunda vez en ir, si no que sea una de las primeras, porque yo se que no puedo acabar con la pobreza, pero se que puedo ayudar a que las personas no se sientan discriminadas y ojala poder volver a darle ayuda a esas personas y que me miren con los ojos brillantes como mas de uno lo hizo.

Ojala este ensayo pueda ayudar a la gente que lo lea, que sepa que es una experiencia enriquecedora y que ayuda a sentirse bien contigo mismo. Quizás si yo hubiera leido esto unos meses atrás no hubiera sido mi segunda vez.



La pobreza


Josefina Hernández.

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